Monday, June 12, 2006

A MI HIJO OSCAR

En agradecimiento a su regalo del libro Aprendiz de sabio “La guía insuperable para mejorar la vida”, de Bernabé Tierno, que dedicaba el mismo a su nieto al cumplir el año de edad.

Cuando me llevaste al hospital el libro para ayudarme, creo yo, en los difíciles momentos que estábamos todos viviendo, pensé: uno más de tantos de los que sabe que me gustan.

Me conoces bien y sabías que este libro iba a poder ayudarme a levantar un poco el ánimo y saber comportarme con arreglo a las circunstancias.

Te lo agradezco de verdad pues no sólo me ha ayudado en esos momentos sino que me sigue ayudando ahora. Es mi libro de mesilla, de donde todas las noches saco algo de provecho para el día siguiente y comprender donde he fallado en el día pasado para poder, en lo posible porque soy débil, solucionarlo.

Paso a escribir algunos de los párrafos que más me han impactado, necesidades imperiosas que tenemos y que no conducen a ningún lado y contra las que, te aseguro, estoy intentando luchar.

- De preocuparse, de ver por todas partes dificultades y problemas, sin posible solución.
- De culpar a los demás, buscando un chivo expiatorio que te quite responsabilidades.
- De sentirse superior a los demás.
- De sentirse víctima y buscar compasión para ser el centro de atención.
- De que otros se responsabilicen, tomen el mando, decidan.
- De encontrar defectos, de criticarlo todo y a todos.
- De tener cosas, de atesorar riquezas y propiedades para que los demás se enteren.
- De que todo sea perfecto, ordenado, maravilloso, tener éxito en todo lo que me proponga.


De muchas de ellas me siento culpable, no de todas. Posiblemente sea ya tarde para cambiar, pero te aseguro que lo estoy intentando.

Otras cosas que no quiero dejar de compartir con todos:

Confecciónate tu propia prenda de la felicidad, fabrícatela a tu gusto, llévala siempre puesta. No esperes a que algo o alguien te la regale o te la preste. La felicidad es un producto de producción propia. Cada persona se fabrica a su medida su felicidad, su dicha, su presente, su futuro y su destino.

Admite que la vida no es justa. Ni las cosas suceden siempre a nuestro gusto, ni las personas son perfectas.

Si sólo te sientes feliz cuando las cosas te salen bien, lo normal es que con frecuencia te sientas desgraciado.

No libres batallas que no te interesan ni luches con enemigos que no te has buscado, no pretendas ser el perejil de todas las salsas.

El perfeccionismo es fuente de ansiedad, de estrés y de neurosis. Es preferible hacer lass cosas lo mejor posible. Es inhumano buscar lo inalcanzable…

La vida no es un cuadrilátero en el que compites por ser el número uno.

Alíate con la paciencia que es mucho más que la madre de la ciencia. Es la madre del equilibrio, del éxito, de la convivencia pacífica, de la paz interior y de todas las virtudes.

Reserva cada día y en todos los días de tu vida, un tiempo para el silencio, para estar a solas contigo mismo, para escuchar tus anhelos…

No te duela ser el primero en dar el primer paso y en mostrarte afectuoso, comprensivo y solidario. El otro siempre te completa y enriquece si tu le completas y le enriqueces…

Si la ira se desata en tu pecho porque alguien te hace mucho daño, te irrita, te menosprecia o te saca de quicio, imagínate a esa persona como alguien débil que no se vale por sí mismo, sentirás que tu ira deja de rugir y en tu boca se dibujará una sonrisa de comprensión…

Cuanto mas grite tu oponente más largo y profundo debe ser tu silencio y más tardía y pausada tu respuesta.

Confórmate y da gracias roque alguien te admira, te quiere, te valora y te respeta, pero no pretendas que todos te jaleen…

Elige siempre como actitud en la vida y como compañeras de viaje la amabilidad, la serenidad, la felicidad no condicionada y el pensamiento positivo.

…superar el miedo al qué dirán, la necesidad imperiosa de tener razón, la impaciencia estresante y el resentimiento.

No alardees ni te las des de nada…

Acepta la dinámica de la vida, todo acaba por destruirse, morir, perecer, quedar reducido a la nada. Acéptalo con paz…

Espera tu turno para hablar, escuchar, haz una pausa, piensa antes de dar una respuesta y después responde sin perder la calma, la compostura y el control de ti mismo.

Abre de par en par las puertas de tu mente y entrégate sin temor a nuevas ideas y proyectos…

En medio del caos, del desastre, del desamor, del infortunio, de la mala racha o del dolor, sé tú paz, calma y refugio…

La paz interior se traduce en paz exterior y la paz exterior propicia la paz interior…

Haz el bien siempre que puedas, primero a los que tienes más cerca y siempre a cualquiera que se cruce en tu camino…

Lo verdaderamente grande es lo pequeño, lo normal, lo cotidiano, precisamente, lo heroico de verdad es el constante buen hacer de lo cotidiano.

En las discusiones o disputas procura comprender el punto de vista y los intereses del contrario. Después defiende con firmeza y claros argumentos tu ideas, pero sin perderle el respeto, porque te lo perderías a ti mismo.

No cometas la torpeza de convertirte en redentor de causas perdidas, nadie puede jugar por otro la pelota de su propia existencia.

Ama, consuela, acoge, abraza, sonríe, acompaña, perdona, entrega…

Que nadie te haga dudar de que la vida es el mejor regalo y que estás en este mundo para ser feliz y hacer felices a los demás.

Busca la compañía y el trato frecuente con personas equilibradas, sensatas, optimista, sosegadas y que disfruten haciendo el bien a sus semejantes. Que estén habitualmente alegres…

Por mucho que hayas sufrido y pasado sin duda tienes sobrados motivos para el optimismo y para la esperanza…

Cambia de chip, de perspectiva, de actitud y no tropieces más en la misma piedra…

Atrévete a hacer siempre primero lo que temes y lo que debes. Cuanto antes te zambullas en el agua de las dificultades y de los problemas cotidianos, mejor.

Aprende a ser cada día tu mismo, pero no lo mismo…

No te esfuerces en tener o atesorar más: no compitas con nadie, salvo contigo mismo. Disfruta de lo que eres y de lo que tienes, pero que no sabes valorar.

Aprende a decir NO sin inmutarte cuando te veas en la obligación de hacerlo, que nadie te organice tu vida ni te lleve a donde no quieras…

Antes de ser el Pigmalión de los demás, algo muy loable, conviértete en Pigmalión de ti mismo…

DEMUESTRA HOY CON TU ACTITUD ESFORZADA, ENTUSIASTA E INTELIGENTE QUE LA VIDA NO ES UN VALLE DE LAGRIMAS.

¿TE CONSTRUYES O TE DESTRUYES?

¿QUIERES GANAR? PUES APRENDE ENTONCES A PERDER.

SI RESPONDES CON MAL EL MAL QUE TE HACEN TE PERJUDICAS MÁS A TI MISMO QUE A QUIENES TE OFENDEN . AL RESPONDER A SUS OFENSAS CON TU OFENSA LE DAS PODER SOBRE TI.

VIVIR ES CONVIVIR Y CONVIVIR ES PASARLO LO MEJOR POSIBLE CON LOS DEMAS. HAY MENOS TRABAJO EN VIVIR BIEN QUE EN VIVIR MAL.


Con todo esto quiero quiero expresarte mi agradecimiento por tu regalo y decirte que espero que no hay sido en vano. Me costará trabajo, fallaré muchas veces, pero el tener conocimiento de todo me ayudará algo.

También quiero decirte que te quiero y que me gustaría que a ti te sirviera lo mismo que a mi, sé que te costará menos trabajo porque eres mejor que yo…

También se lo dedico a tus hermanos y a todos los que me quieran leer, compartir es querer…

Saturday, June 10, 2006

LAS BIENAVENTURANZAS EN EL SIGLO XXI

Desde pequeña me han llamado mucho la atención las bienaventuranzas que me enseñaron en el colegio. Desde entonces no se me han olvidado, como me ha pasado con otras oraciones o enseñanzas religiosas. Me cuesta recordar algunos mandamientos e incluso tengo que pensar para acordarme de todos lo sacramentos. Sin embargo, de éstas me acuerdo. Recuerdo que las aprendí memorizando el “pomanllohanmilipapa”. Me pregunto por qué y me ha dado por pensar y ver que en este siglo, tal y como nos las enseñaron, no valen.


Analizo el por qué:

BIENAVENTURADOS LOS POBRES DE ESPIRITU PORQUE ELLOS VERAN DIOS.


En este mundo de ahora los pobres de espíritu no tienen nada que hacer. La gente los aparta de su vida e incluso son objeto de mofa y risa. Nadie los entiende, yo creo que ni tan siquiera la iglesia los acepta. Hay que saber luchar. Y se deben sentir tal mal que posiblemente su vida espiritual no sea tan magnífica y el reino de los cielos no lo obtengan tan fácilmente.

BIENAVENTURADOS LOS MANSOS PORQUE ELLOS POSEERAN LA TIERRA.

Esto hasta me da risa. Los mansos, en estos tiempos, poseerán la tierra… ja, ja. Los mansos, en estos tiempos, pasan por la vida sin pena ni gloria. Viven fácilmente, sin meterse en nada, sin arriesgar nada, sin alterarse por nada, jamás poseerán nada.

BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN PORQUE ELLOS SERAN CONSOLADOS.

Ahora si lloras, te aguantas. Solamente te ayudan cuando de esa ayuda alguien puede sacar provecho. Si acaso te consuelan tus familiares más directos y a veces ni eso. Por eso hay que procurar no llorar, porque el llorar no conduce nada más que al desahogo. Que quizás ya sea bastante, pero consolarte, lo que se dice consolarte…


BIENAVENTURADOS LOS QUE HAN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA PORQUE ELLOS SERÁN HARTOS.

Esta si que es buena. Justicia, en estos tiempos, qué es eso? Cuanto más se estudia y más se habla de justicia, menos hay. No existe la justicia, existe el poder. Y el poder raramente es justo. Hay algunos poderosos que quieren ser justos, pero el otro poder, gran poder, el económico, se lo impide. Y está el miedo, miedo al que dirán, miedo a perder el poder, miedo a no ser entendidos por algún sector, miedo al pueblo. Entendimientos confusos de la Ley (que cada uno la entiende a su manera), rencor acumulado por alguna circunstancia, miedo a la violencia. Y nada cambiará, cuanto mas egoísmo hay, menos justicia. La mayoría pasa pero, en estos tiempos, hay muchos que siguen padeciendo el hambre de justicia. Y no creo que, si les preguntas, se conformen con pensar que, en el más allá, se les pasará esta sensación, tan desagradable, de injusticia.

BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS PORQUE ELOS CONSEGUIRAN MISERICORDIA.

¡Qué poquitos misericordiosos hay ahora! Cada uno va a lo suyo. El mundo cada vez es más individualista. Y de los poquitos que hay, ni nos fiamos. La inseguridad y el engaño continuo en todo nos ha hecho desconfiados y recelamos de todo y de todos. Y nos conformamos con decir: no ayudamos a fulanito o a menganito porque vete a sabe donde va la ayuda… Y con eso tranquilizamos nuestro “espíritu”. Y seguimos con nuestra buena vida, sin acordarnos de nadie, sin consolar a nadie, sin pensar en nadie… ¡Qué cada uno se las apañe como pueda! Misericordia, dolor de corazón por las penas ajenas, ¿hay alguien que, en estos tiempos, la tenga?

BIENAVENTURADOS LOS LIMPIOS DE CORAZON, PORQUE ELLOS VERAN A DIOS.

Solamente una cosa, ¡que difícil es tener limpio el corazón en estos tiempos…! Todo es espectáculo, todo es placer, todo, cualquier noticia, se convierte para la sociedad en morbosidad… Vivimos alegrándonos o criticando los problemas de los demás, en vez de arreglar los nuestros. Quién, en estos tiempos, tiene el corazón limpio?

BIENAVENTURADOS LOS PACIFICOS PORQUE ELLOS SERAN LLAMADOS HIJOS DE DIOS.

Los pacíficos en estos tiempos pasamos sin pena ni gloria. Llaman la atención los alborotadores, los terroristas, los atracadores, esos sí son noticia. Y también son hijos de Dios. Por eso, porque hasta los malos son hijos de Dios, me da muchas veces por pensar: para que sirve ser bueno, no hacer daño a nadie, morderte la lengua ante las declaraciones de estos tipos que quieren hacernos creer que están al lado de la verdad y la justicia. Si acaso, solamente, te sirve a ti, para sentirte distinto y agradecer no ser como esas alimañas que, a la hora de la verdad, son los que mejor viven…

BIENAVENTURADOS LOS QUE PADECEN PERSECUCION POR LA JUSTICIA PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS.

¡Ojalá sea así! Ojalá que todos los que viven en esta vida sufriendo, por una u otra causa tengan su recompensa en el reino de los cielos. O lo quiero creer así. Hay mucha gente que sufre en esta vida, sin ninguna compensación, sin saber por qué, preguntándose por qué son diferentes a los demás, que es lo que han hecho para tener una vida difícil y dolorosa. Yo también me lo pregunto, por qué Dios mío, unos tienen tanto y otros tan poco…
Todo esto me obliga a pensar que estas bienaventuranzas con las que Jesús inició el Sermón de la Montaña, en estos tiempos están desfasadas, que Dios confió en nosotros pero que nosotros no hemos confiado en Dios… y así nos va.